Cuentos & Cuentistas Alexandre Dumas, el mas querido


En ese "memorable" encuentro internacional de escritores (como lo calificó tan bien Ramón Rocha Monroy) que tuvo lugar en el Patiño en octubre del 2004 (organizado con cariño e inteligencia por Marcelo Paz Soldán), aconteció que el autor mencionado con mayor frecuencia por los ponentes y el público (y se mencionaron muchos) fue lejos Alexandre Dumas.

Lo comentamos con Cachín Antezana: la increíble vigencia de la magia de este autor tan querido, a pesar de sus anacrónicas aventuras de espadachines, mazmorras y persecuciones, escritas hace ya más de siglo y medio. Hay que recordar que Dumas fue contemporáneo y rival de Balzac y Víctor Hugo, y los superó en el favor del lector francés que buscaba solaz en los libros. ¿Por qué? La respuesta daría para un ensayo, pero me atrevo a dar tres razones: la fascinación de sus temas, la alegría de escribir que trasuntan sus obras, y su conocimiento de la historia pública y privada de su tiempo. 

Es posible que no haya otro escritor más apreciado, venerado e idealizado por los lectores de todo el mundo, que el autor de Los Tres Mosqueteros (1844) y de toda la serie con las aventuras de D’Artagnan, sin olvidar La Hija del Regimiento (1845), El Conde de Montecristo (1846), El tulipán negro (1850) y el resto… Alexandre Dumas (1802-1870), era nieto del Marqués Davy de la Pailleterie y de una mujer negra de Haití llamada Marie-Céssette Dumas. Su hijo mulato, el padre de Alexandre, llegó a general de Napoleón a los 31 años, pero debió llevar el apellido Dumas de su madre para proteger el aristocrático nombre paterno. En la biografía de Bonaparte que Dumas escribió, rinde homenaje a su padre, ese militar genial humillado por su origen. Aunque no lo conoció casi (falleció cuando el escritor tenía cuatro años), decidió adoptar el vulgar apellido de su abuela negra esclava en lugar del aristocrático que le correspondía. 

Desde niño, Alexandre sufrió sobremanera por las actitudes racistas hacia él, hasta su muerte, en una época en que la esclavitud aún imperaba; aunque lo anterior se daba a un nivel soterrado, ya que era un hombre de éxito, mundano, rico y respetable, sobre todo como autor teatral. Sus penas y rabias las puso en una novela magistral que no hay que dejar de leer, titulada simplemente Georges (1843), que trata de una rebelión de esclavos en las islas Mauricio (antigua colonia francesa), conducidas por un rico y atractivo mulato. ¿Más claro el mensaje? No puedo dejar mencionar tampoco otra de mis novelas predilectas de Alexandre Dumas, una joya poco conocida y considerada un libro para la juventud, El capitán Pánfilo (1840), que narra las jocosas aventuras por los siete mares de un pirata ingenioso, sufrido y torpe. Son obras de su formación literaria, seria hasta la náusea la primera, divertida hasta la bufonería la segunda. 

¿Escribió cuentos Alexandre Dumas? Tal vez un centenar, entre sus más de 300 obras (fue el primer gran empresario de la literatura, según algunos biógrafos). Sólo los especialistas saben cuántos relatos cortos produjo, ya que éstos se hallan opacados por sus populares novelas. Apenas se menciona El cascanueces (1844), adaptación de un relato de Hoffmann que sirvió de inspiración a Tchaikovsky para su famoso ballet. Al parecer nunca proyectó algo así como un libro de cuentos, aunque escribió todo tipo de textos breves, dándole prioridad a los cuentos infantiles, los relatos de leyendas o los registros de viajes. 

Se han publicado con éxito en Francia, sobre todo en el 2002 con motivo del bicentenario de su nacimiento, algunas recopilaciones de sus cuentos fantásticos y de horror, donde se señalan sus influencias, como el mencionado Hoffmann y Poe. Pero incluso allí subyace en la literatura de Dumas un humanismo profundo, un rechazo a la injusticia y la violencia que son consecuentes con su postura política de toda la vida, a favor de los movimientos libertadores y republicanos.

Como ocurre a menudo, el lector busquilla acierta cuando se encarniza tras una presa y efectivamente hallé en una librería un volumen con relatos de Alexandre Dumas traducidos. Una perla curiosa titulada Leyendas del Cáucaso y de la estepa. Se trata de relatos salidos del viaje que Dumas realizó a la Rusia zarista en 1858. Son textos donde, como lo ha señalado el estudioso francés Dominique Fernández, “Dumas renuncia al estilo francés, seco, nervioso e irónico, para adoptar el ritmo, más amplio e indolente, del cuento oriental”. Contiene tres relatos: “Las gachas de la condesa Berta”, “La bola de nieve” y “Jacquot el desorejado”. Son cuentos largos, con capítulos, escritos para que los lean niños. La primera frase está destinada a conquistarlos, aunque no tanto para el relator sino para la literatura: “Antes de nada, mis queridos niños, he de deciros que como he recorrido mucho mundo, algún día, gracias al título de trotamundos que acabo de otorgarme, escribiré un Robinson, que, si no tan bueno como el de Daniel Defoe, será mejor que todos los que se han escrito después”. Generoso Dumas con su gran colega escritor, sin duda. Todos los cuentos están salpicados de sutiles homenajes a sus escritores favoritos.

“Jacquot el desorejado”, uno de los más interesantes, es el sorprendente retrato de una princesa rusa y su consorte, tal como es narrada por un opinante servidor del príncipe. Es casi una novela, lleno de episodios e información histórica, un cuadro no por pintoresco menos crudo de la forma de vivir de la nobleza rusa en el siglo XIX (por la época de Byron, dice Dumas), y que ayuda entender cómo y por qué era difícil pensar en una salida no revolucionaria a las monstruosas desigualdades de la Rusia de los zares. Dumas, astutamente didáctico, no se reprime al momento de dar sus opiniones librepensadoras y humanistas. 

Pero hay más descubrimientos, y aquí debo reconocer que no he acertado a conseguir traducciones. Una de las cosas maravillosas de la novela El capitán Pánfilo, que he mencionado, es la trouppe de animales que acompaña a los personajes y sus aventuras por los cinco continentes. Pues Dumas escribió una serie de deliciosos textos titulados Histoire de mes bêtes, donde cuenta numerosas anécdotas acerca de sus propios animales domésticos y de otros hallados durante sus viajes. Para los fanáticos de Dumas, hay allí profusos detalles sabrosos de la vida privada del escritor. 

Y si la búsqueda se amplia al ámbito electrónico, en este sitio de Internet (http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/fran/dumas/ad.htm), que he recomendado otras veces, hay tres bellos cuentos de Alexandre Dumas. Son relatos de la onda gótica del autor, estremecedores y poéticos, que se nota al autor le encantaba escribir. El cuento “La dama pálida” de Dumas se halla entre los mejores relatos clásicos de vampirismo, a lado de “Berenice” de Edgar Poe o “Carmilla” de Sheridan Le Fanu. “El hombre del alfanje” es un cuento encantador en la onda de Las mil y una noches.

El tercer cuento es una crónica sobre “Los caballeros templarios”(*), otra muestra del estilo de Dumas de combinar elementos de la historia, las tradiciones populares y la búsqueda de aventura para armar sus relatos.

A pesar de lo mucho que los franceses lo han honrado en los últimos tiempos, Alexandre Dumas sigue siendo objeto de cierta frialdad y sarcasmo en los medios literarios de alta reputación, como la academia o la crítica oficial (la misma que en su época se burlaba de sus labios gruesos, su corpachón de gigante y su cabello motudo). Otros se han dedicado a buscarle incoherencias argumentales, plagios y clichés de redacción. El propio Diccionario de Literatura de Larousse le da un trato levemente despectivo, y valoriza mucho más a su hijo, el autor de La dama de las camelias, a quien se suele alabar como el “creador del teatro moderno”. Pero el juicio de los lectores se mantiene fiel a este espléndido nigromante de la palabra, y seguirá buscando sus libros mientras la literatura siga constituyendo, como lo es para muchos de nosotros, un motivo de alegría y placer; y no una penitencia para redimir pecados originales.

Como un ejemplo entre tantos, que revela no sólo el gusto de Dumas por construir una narración que sea no sólo curiosa, fantástica, insólita, sino también reflejo de su postura libertaria y su espíritu dialéctico, en recuadro va el inicio de “La dama pálida”. 


La dama pálida
Cuento de Alexandre Dumas (fragmento)


Soy polaca, nacida en Sandomir, vale decir en un país donde las leyendas se tornan artículos de fe, donde creemos en las tradiciones de familia como y -acaso más que- en el Evangelio. No hay castillo entre nosotros que no tenga sus espectro, ni una cabaña que no tenga su genio familiar. En la casa del rico como en la del pobre, en el castillo como en la cabaña, se reconocen el principio amigo y el principio enemigo.

A veces estos dos principios entran en lucha y se combaten. Entonces se escuchan ruidos tan misteriosos en los corredores, rugidos tan horrendos en las antiguas torres, sacudidas tan formidables en las murallas, que los habitantes huyen de la cabaña o del castillo, y aldeanos y nobles corren a la iglesia en procura de la cruz bendita o de las santas reliquias, únicos resguardos contra los demonios que nos atormentan. Pero otros dos principios más terribles aún, más furiosos e implacables, se encuentran allí enfrentados: la tiranía y la libertad.




Autor: Mauro Yberra. 
Titulo: Cuentos y Cuentistas; Alexandre Dumas, el mas querido. 
Comentario sobre el Encuentro Internacional de Escritores Patiño. 2004


(*) Como se menciona en la sección "Obras que no son de Dumas" ha sido erroneamente considerada escrita por Alejandro Dumas. 
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